lunes, 20 de febrero de 2017

LA DEPENDENCIA EMOCIONAL

Desde FEMY trabajamos para potenciar la erradicación de la violencia en el ámbito familiar y social potenciando la formación emocional de las personas.


La dependencia emocional es una condición compleja. Generalmente no obedece a un solo factor, sino que para que aparezca y se mantenga son necesarios diferentes factores. Además, en muchos casos ni siquiera se trata de una realidad consciente. Por el contrario, el dependiente emocional piensa que los problemas derivados de su dependencia tienen un origen distinto y, a menudo, externo.
Detrás de la dependencia suele existir un miedo extremo. También hay muchas fantasías en torno a la propia capacidad o al lugar que se ocupa en el mundo. El dependiente siente, sin pruebas que lo apoyen, que si rompiera o careciera de determinados lazos correría un grave peligro.

Este tipo de dependencia es similar a la que experimenta un adicto. Como tal, también conlleva un síndrome de abstención. Aparecen episodios de ansiedad y depresión cuando, por alguna razón, el vínculo se rompe o debilita momentáneamente. La existencia misma puede experimentarse como algo insoportable sin ese lazo. Quien la padece, sin duda, sufre mucho. Se puede hablar de tres tipos básicos de dependencia emocional y son los siguientes.

Dependencia emocional de la familia

Es una de las forma de dependencia emocional más difíciles de sortear. Generalmente corresponde a estructuras familiares en donde los padres sufren fuertes estados de ansiedad y lo transmiten a sus hijos. Estos últimos son educados con un excesivo temor frente al mundo. Lo externo es visto como amenaza y el seno familiar como un refugio.

Quienes padecen este tipo de dependencia sobrevaloran la protección que ofrece la familia. Si bien suelen existir lazos afectuosos y grandes gestos de solidaridad, también es cierto que hay rasgos insanos. Dentro de ellos destaca esa idea repetida de que hay que los riesgos, cuanto más lejos, mejor.
En este tipo de familias no se fomenta la auto-confianza. Por el contrario, en el fondo se promueve la creencia de que la persona va a mostrarse incapaz ante los grandes desafíos. De este modo, la familia se convierte en una especie de burbuja que ampara, pero que también encarcela. En el fondo se trata de una manera errónea de sortear la ansiedad. También es una respuesta equívoca frente a la exigencia de crecer y ser autónomos.

Dependencia emocional de la pareja

Este tipo de dependencia es uno de los más frecuentes. También es uno de los más nocivos. Parte de una creencia errónea. En ella se supone que la pareja otorga sentido a la propia vida o protege de una terrible soledad. Por eso la pareja se convierte en el eje de la vida propia.

Este tipo de dependencia es propio de las personas que cargan grandes inseguridades. No tienen claro qué son capaces de hacer y qué no. De hecho, suponen que son muy desvalidos. Por lo tanto, necesitan un apoyo para vivir y ese apoyo sería su pareja. Esta se convierte en una especie de escudo protector contra el sufrimiento o el miedo. Por eso se desarrolla un fuerte apego hacia ella.
Aunque este tipo de dependencia puede funcionar durante un tiempo, la verdad es que más temprano que tarde origina grandes sufrimientos. El dependiente tiene tanto miedo de perder a su pareja, que puede desarrollar comportamientos muy nocivos. Entre ellos cabe destacar los celos excesivos o la sumisión sin límite. Así, la dependencia deteriora la relación en lugar de hacerla más fuerte.

Dependencia del medio social

Lo más característico de esta condición es la excesiva necesidad de ser reconocido y aprobado en cualquier entorno. Si el medio no da señales de franca valoración y aceptación, el individuo entra en pánico. Además, hará lo que sea necesario para lograr esa aparente compensación psicológica. Sentirse rechazado, desde su perspectiva, equivale a que le ocurra lo peor que le puede pasar.
Para lograr la aprobación, una persona puede volverse servil o invisibilizarse. En el primer caso, el dependiente se siente obligado a agradar a otros, pasando por encima de sí mismo incluso. Será capaz de hacer cualquier sacrificio con tal de no tener que enfrentarse a un rechazo o a una confrontación. En el segundo caso, la persona puede renunciar a sus convicciones, con tal de no entrar en tensión con su entorno. En ambos casos, la situación es completamente dañina.

Tanto en el caso de la dependencia familiar, como de pareja o del entorno social, lo que reside en el fondo es una pobre autoestima. Sobre todo, no hay conciencia acerca de lo que uno es capaz de hacer. Se parte de la idea de que se tiene poca valía y se es inferior o menos competente para sortear la vida que los demás.
Todas esas creencias falsas se traducen en miedo y ansiedad. Y como con todo miedo, como todos los miedos injustificados que todos atesoramos, la mejor manera de superarlo es enfrentándolo. Quizás solo necesitas dar el primer paso. Atreverte a caminar solo. Arriesgarte a salir de tu zona de confort. La confianza en uno mismo no se construye de la noche a la mañana, pero algo sí es seguro: si la construyes alejada de “dependencias” esta será mucho más sólida.

Eliminar la dependencia emocional es posible. Para ello es uno mismo el que debe tomar la decisión de cambiar para tener una mejor calidad de vida. Las personas que sufren de apego excesivo, no disfrutan de las relaciones, se enganchan en exceso y pierden su individualidad satisfactoria.

Hay más porcentaje de mujeres con este problema, aunque también hay hombres que lo sufren exactamente igual que cualquier mujer, con la desventaja de que les suele dar más vergüenza acudir a una consulta psicológica. Sienten que su hombría está en duda, cuando en realidad nada de eso tiene que ver, una autoestima baja puede acarrear este problema, independientemente del sexo de la persona.

1. Reconocer que hay un problema

Analiza. No solo existe la dependencia emocional en las relaciones de pareja, también se puede dar en amistades, compañeros, familia y personas del entorno. En general, es una situación que puede establecerse en cualquier ámbito.

A continuación, te ofrecemos un listado de situaciones y sentimientos para que evalúes si sufres este problema. Así, una persona con apego enfermizo o que tiene dependencia emocional se caracteriza por:
  • Su felicidad se centra en una sola persona, no disfruta de otra cosa que no sea estar con quien ama o aprecia.
  • Su alegría depende de cómo le tratan los demás y de lo que piensen de ella. Si se siente aceptada todo genial, pero como sienta que cae mal o que tienen mala opinión de ella, se esfuma la felicidad. Dependen en exceso de los demás para estar bien o mal.
  • Evitan a toda costa llevar la contraria para evitar enfrentamientos, le invade el temor a molestar o a ser rechazado.
  • Antepone el deseo de otros, al suyo propio, se siente como si no tuviera capacidad de decisión, su vida la manejan.
  • Solo se siente bien consigo mismo si se siente querido. Si no hay alguien a quien querer, se siente vacío, sin amor propio.
  • Le invade el miedo a menudo, miedo a perder a esa o esas personas que tanto ama o aprecia. Ese miedo le impide disfrutar como debería de las relaciones.
  • Cae fácilmente en los chantajes emocionales, no soportaría que por su culpa alguien se hiciera daño. Sacrifica su felicidad para dársela a otros.
  • Prefiere sufrir, antes que dejar a la persona a la que estás enganchado/a. No tienes la fortaleza de cortar un contacto porque tampoco siente que tiene la capacidad de salir adelante sin esa persona a la que quiere.
  • Necesitas al otro/a, sino la vida pierde total sentido.
  • El sentimiento de culpa está a menudo con ella. Siente que es el responsable de la felicidad de los demás, ya sea su pareja, familia, amistades, etc. Se siente con la obligación de contentar a los demás y si no lo hace se siente culpable.
  • Quiere tener el control de toda su vida, para tener la seguridad de que no le perderá. Se convierte en una especie de espía para seguir incluso las conversaciones que tiene con otras personas. Se obsesiona un poco con esa persona, deja de vivir su vida para seguir la del otro.
  • La persona está tanto en el centro de su vida, que sus amistades y demás pierden importancia para ella. Hay tendencia de aislamiento social, sólo le apetece estar con esa persona, y cuanto más tiempo diario mejor.
  • La relación genera ansiedad. La persona nunca está contenta porque quiere más, y sobre todo teme que la dejen, lo cual sería una catástrofe porque no se imagina la vida sin esa persona.
A cualquiera nos gustaría tener a alguien especial en nuestra vida, lo que diferencia a una persona no dependiente, es que cuando están solo/as pueden tener momentos de melancolía, pero eso no les detiene para seguir disfrutando de otras facetas de su vida. La persona con dependencia emocional necesita al otro para disfrutar.

En cambio la persona dependiente no puede estar sola, se deprime, su autoestima decae y no es capaz de disfrutar de la vida. Ha convertido la relación con el otro en una necesidad para creer sentirse bien…

2. Listado de cosas que perjudican y se hacen por amor o cariño

Una vez que ya has reconocido que tienes un problema y tienes el convencimiento de que quieres eliminar la dependencia emocional de tu vida, haz un listado de cosas que has llegado a hacer por alguien, que a ti te perjudicaban. Debes ser consciente de que una persona dependiente no se fija en su bienestar personal, prefiere contentar a la otra persona para no perderla.
Si quieres cambiar, lo primero que debes hacer es pensar en ti lo primero, que tu bienestar sea lo principal en tu vida.
En cambio la persona dependiente no puede estar sola, se deprime, su autoestima decae y no es capaz de disfrutar de la vida. Ha convertido la relación con el otro en una necesidad para creer sentirse bien…

¿Qué cosas tenía la otra persona que te perjudicaban?, ¿qué has hecho tú por el otro que a ti te hacía daño?, ¿has dejado de lado amistades, familia, actividades, estudios, desarrollo personal, etc..?, ¿te han tratado con el respeto que te mereces?, ¿Has hecho cosas que no están bien para no perderle?, ¿cómo ha sido tu estado emocional?, ¿sientes que has mendigado amor o afecto y has ido muy insistente detrás?

Aparte de esta persona, ¿has tenido otras facetas en tu vida donde has disfrutado? Pueden ser aficiones, amistades, etc… ¿has aguantado muchas cosas negativas con tal de no perder a esa persona?
Es importante que hagas consciente el sufrimiento que has tenido por ser una persona dependiente. Piensa en todo lo negativo que te ha traído esa relación, de esta manera reforzarás tus ganas de cambiar y de eliminar la dependencia emocional.

3. Reforzar la autoestima para eliminar la dependencia emocional

El factor principal de cualquier dependencia es una autoestima baja. Hay muchas opciones para poder reforzarla, desde acudir a un profesional de la psicología hasta hacer biblioterapia. En cualquier biblioteca hay libros muy interesantes sobre la autoestima.
Haz como si tuvieras que estudiar para el colegio, infórmate todo lo que puedas sobre reforzar tu autoestima y lee los libros que te parezcan más interesantes. De todos siempre se saca algo nuevo e instructivo.

Fuente: La mente es maravillosa

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